Quedarme en mi cama no está nada
mal. Es rutina quedarme en mi zona de comodidad. Allí donde todo es conocido y
seguro. Allí donde yo tengo el control.
Para salir de mi cama se requiere mucho esfuerzo- no es que sea la única
que piense así de su cama-. Al parecer, la gravedad se intensifica una vez
suena la alarma. Esa alarma tan aguafiestas, terminando uno de los mejor sueños que has tenido en buen
tiempo. Pero despierta, tengo control de
mis sueños. Es ahí, en la prisión voluntaria de mi cama en la que construyo
todo un mundo. Mi mundo ideal. Pero se
hace tarde así que debo salir de ese adorado masoquismo y enfrentarme a uno más
grande: la inevitable realidad.
En la cruda realidad, el tiempo pasa
sin percatarnos. Cada vez estamos más viejos, cada vez nos acercamos un poco
más a nuestro destino final. “Todo tiene
su final, nada dura para siempre”, dice la canción, que lamentablemente no está
lejos de la verdad. Muy pronto dejaré éste lugar para ir a uno lejano y
desconocido. Me enfrentaré a nuevas personas y nuevos retos. En fin, una nueva
etapa de mi vida. Pero antes, tengo que terminar la que vivo actualmente. Aún
así, siento que me faltan muchas cosas por vivir, mucho más por decir.
“Me voy”, le dije a Bernard. “Sí, lo
sé, y por eso te odio”, respondió gruñón, como lo hace el 85% de las veces. Es tan sólo un
tonto que no sabe el peso de las palabras. No se da cuenta que para odiar mucho
se tuvo que haber amado demasiado, y no creo que este sea el caso. Pero a pesar
de su cara que pudiera recibir el subtitulo de VIVO EN UN MUNDO LLENO DE IDIOTAS, al fondo es buena persona.
Bernard suele ser dulce de vez en cuando. Y de cuando en vez, te hace pensar
que tiene potencial.
“No te deberías fijar en él. Tú eres
mucho para él”, dicen muchos. Sí, es una situación muy difícil y penosa. Realmente no creo que deban pensar de alguien
así, aunque admito que lo he hecho muchas veces. Creo que esto es tan solo la
ceguera hablando. Aunque no está lejos de la realidad, que sea exactamente lo
que él piense de mí. Para aumentar el ego diría que es cierto mientras que para
ser franca son solo estupideces.
Ellos tienen un poco de razón,
Bernard no es fácil. Él es más bien la definición de rareza encarnada. Le asustan
los cambios, también se le notan rasguños y heridas que aún no han curado.
Piensa que nadie tiene más problemas que él. No se da cuenta que hay gente que
le han pasado cosas igual o peores, solo que las esconden. Por lo tanto,
querido Bernard, estás dónde estás porque quieres.
Y es aquí en el borde de mi cama
donde lo idealizo. Es donde lo imagino con una sonrisa en su rostro. No se da
cuenta que así se ve más bonito (y rasurado.., y peinado). Pero la realidad me
espera. El tiempo pasa y no tiene vuelta. Suelo frío, día soleado, uno más, uno
menos, así se van contando las páginas de éste capítulo que lentamente cierro.
Canción para ser escuchada: "Suego Faults"- Wolf Gang