Ame… respira, con calma, que salgan las palabras adecuadas, sin herir pero realista. Practica… “¡Meli, titi esta malita en el hospital.” No, no! Así no. “Meli, tu madre se esta gravísima!”... No chica! Que pretendes? ¿Matarla de un ataque del corazón? Esto es tan difícil… ¿Por qué me dejan este trabajo a mí?... Así me pase el resto de la clase, pensando como le iba a decir la noticia. Teníamos que irnos a Madrid lo más pronto posible. Y ella riéndose con Francis y pasándose notitas. Y yo aquí sentada con una angustia comiéndome el alma y que me quita la concentración.
-¿Estás bien?- me pregunto Diane, la muchacha que se sienta a mi lado. Le dije que sí pero ella insistía- Deberías ir a un médico, te ves pálida.
Es que ¿Cómo decirle a una amiga que uno de sus seres querido no esta bien? Y mas aun por las que ha pasado este mes. Xavi y ella terminaron con su relación. Al parecer mi teoría era cierta. El tal Xavier vino a visitarla después de tanto tiempo pero para darle fin a lo que quizás nunca había empezado. ¿Y quién va a dormir bien durante un mes, cuando te dicen en la cara “NO TE QUIERO Y NUNCA TE QUISE”? Me dolió tanto verla llegar así, que casi se desploma en la puerta de mi casa.
“Siento que perdí mi tiempo Ame, … perdí mi tiempo, mis ganas, mi energía. Me lo han robado todo”- me decía entre lagrimas. Hoy el panorama es diferente, hoy se ve alegre. Francis le ha devuelto la sonrisa. Y como la mira. A ella ¡Claro que le gusta! Pero al salir de ese salón de clases vuelve a su desbalance emocional. ¡Es que me hubiesen dado ganas de coger al Xavi ese y…y…!
Cuando el profe dijo la frase mágica: “Bueno, buen fin de semana”, se me revolcó el estomago. Salí apresurada del salón a hablarle. “Tenemos que hablar”, le dije desesperada.
-Voy ahora Ame, déjame despedirme de Francis.
-Es urgente – respondí mientras la agarraba por el hombro.
-No te preocupes Meli, yo puedo esperar, parece que es muy importante- le contesto Francis. ¡Ay la verdad es que es todo un caballero! Creo que la que me iba a derretir era yo… Ame enfócate.
“Ok… Meli… ¿Qué tal si nos damos un viajecito a Madrid?”- le pregunte. “¿A Madrid? ¿A qué? Yo pensaba ir en invierno a visitar a mama.”- cuando dijo mama, no pude evitar que se me aguaran los ojos.
-Ame… ¿Qué paso?- yo no podía contestar. Lo que tenia era un nudo en la garganta que si desataba iba a salir llorando. Mientras, trataba de calmarla negando que algo pasaba – Ame no me mientas. ¿Qué pasa? Por favor dime.
-Meli,…tu mamá está muy delicada de salud. Y deberíamos irnos a Madrid lo más pronto posible.
-¿Qué le paso a Mamá?
- Le dio un ataque cardiaco esta madrugada, y está en el hospital.
Hubo un silencio instantáneo. A pesar de que el corredor estaba repleto de gente, parecía estar vacio y frio. Ella trataba de sonreír por disimular, pero no podía. Lagrimas salían de sus ojos, y yo quería consolarla, y decirle que todo iba a estar bien, pero ni yo misma se si las cosas estarán bien. Solo podía abrazarla, pero al soltarla se desmayo. Poco le falto para caer al suelo, si no fuese por los brazos de Francis Debbis. Gracias a Dios que abrió los ojos luego de ser rescatada por semejante hombre. Mientras Meli estaba en el bano despertando con un poco de agua fría, yo le contaba a Francis lo sucedido. La verdad que no sé cómo agradecerle todo lo que hizo. Llevó a Meli a comer algo en la cafetería, y la pudo calmar. Cosa que tal vez yo no pudiese haber hecho.
El es todo un caballero, y ella se ve tranquila a su lado. Y aunque no lo noten, se buscan. Es una cosa increíble. Sus cuerpos como imanes y polos opuestos. Cada vez que se ven se sonrojan, y el la mira con ojos los cuales nunca había visto en otro hombre. Después de todo, Meli tomo la noticia la mejor manera posible. Aunque fuese como una bofetada imprevista. Creo que nos deberíamos dar prisa y hacer maletas. Solo quedan una hora para que el próximo tren parta a Madrid.
***
Nunca pensé que algo así llegara a pasar. Y la vi allí, en una camilla toda débil. El sonido de las maquinas me daban la esperanza de que aun había tiempo, de que aun podía mejorar. “¿Mama?” Y abrió sus ojos, y me miraban en silencio. “Mamá, lo siento mucho. Todo esto es mi culpa. Se que fui un poco egoísta. Te deje aquí, sola. Perdóname por favor. Yo me quedare aquí. Yo te cuidare.” Es que sentía un gran dolor en mi corazón, como si me estuviesen robando el aire, y no pudiese respirar. \Ella estaba despierta, pero no se si me este escuchando. Quisiera escucharla, responder. Quizás no la vuelva a escuchar, o sentir su abrazo. Quizá mañana sea tarde. Quizás….
“Meli..”.- puede escuchar una voz muy bajita. Y si, era ella.“ Hija, no sabes cuanto te he extrañado.”
“¡Mama!”- Era un gran alivio escuchar su voz después de tanto tiempo. No pude evitar abrazarla, no me importaron las maquinas, ni las enfermeras ni nada.
“Hija, no es tu culpa. Perdóname tu a mí, por no comprender. Siempre supe que algún dia te irias, pero, no quería tenerte lejos, como a tu padre.”
“Pero Mamá, yo siempre estaré a tu lado, a pesar de la distancia. Siempre te querré”.
“Yo lo sé Meli, yo lo sé. No sabes lo alegre que estoy de poder verte de nuevo.”
“Me quedare, te lo prometo. No quiero que esto te vuelva a pasar”.
“Hija… no, tienes que irte. Me costó mucho entender que eres madura para formar tu propia vida y que hay que luchar por los sueños . Ya yo tuve los míos. Ahora te toca a ti cumplir los tuyos.”
Y la habitación parecía verse más clara. Y el ruido de las maquinas no causaban molestia, sino que eran un sonido apacible a los oídos. Y la vida sonaba así, marcando el tiempo de los latidos. Y entre ella y yo no hay más fronteras. Entre ella y yo ya no hay más guerras. Y ruego porque todo este mejor. Porque aun le falta mucho por cumplir, de esos sueños que ella decía ser imposibles. La vida marca el ritmo de la música diciéndole que tiene otra oportunidad.
Cancion para ser escuchada: “Happiness”-The Fray
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