Hoy me di cuenta de la inmensidad de esta ciudad. Pero a pesar de su inmensidad, se repiten muchas cosas diariamente. Siempre camino por el mismo sendero. Lunes, miércoles y viernes el que me lleva a la biblioteca; martes y jueves el subterráneo. Veo caras conocidas pero a la misma vez completamente extrañas. Me gusta sentarme debajo del árbol cerca del Café Luna a ver la gente pasar. Siempre veo la misma pareja de "amigos": un chico y una chica. Ellos son inseparables, toman clase juntos, almuerzan juntos, se sientan juntos... pero nunca veo que sean algo más. Me fijo en los ojos del muchacho, le habla con sumo interés a la muchacha. Ella es sumamente atenta, mientras él la mira fijamente a los ojos. Entre frase y frase noto un suspiro salir de sus labios, pero parece que ella no se da cuenta. Es como si fueran un mundo aparte que gira alrededor de otro sol muy lejos de aquí. Mientras una cara de ese mundo está iluminada, la otra está en penumbras. Aunque sean contrarias son el mismo mundo, pero no se dan cuentan que uno es para el otro.
De repente pasa la chica que toma clases de italiano conmigo. Se llama Graciela. Pelo lacio, marrón, al nivel del cuello, nariz perfilada, cuerpo delgado, siempre muy bien vestida con trajes ligeros y a la moda. La última clase nos comentó que le gustaba el chico que se sienta en la parte delantera del salón. y que ese día se lo iba a confesar. Hasta el profesor se enteró de todo el plan, y prometió ser cómplice de ese acto. Pero en fin, el chico no se presentó a la clase. Fue un total decepción, no solo para ella si no para todos los que allí nos encontrábamos.
Allí sentada me encuentro con viejos amigos, con nuevos amigos, con personas que me hablan por interés o por pura cortesía, en fin , con mucha gente. Gente enamorada, agarrada de manos, besándose, acariciándose, despiediendose y mirándose a la distancia. ¡Oh! Pero, qué bello es el amor.
Después de un rato admirando esta fabulosa escena, me doy cuenta que estoy sola, sentada en este banco, siendo espectadora de la felicidad de los demás. Pero a mi lado el banco está vacío y frío. La distancia entre ese amor y yo crece cada día más. Me dí cuenta que vivo por el día en el que los amigos del mundo aparte se den cuenta que se quieren ser más que amigos. Vivo por la adrenalina que sentiría Graciela al confesarle su amor a Fernando, el chico de la primera silla en el salón de italiano. Pero cuando todas esas cosas pasen, el banco aún seguirá vacío . Creo que mi lenguaje corporal daba señales de tristeza a gritos. Y mirando hacia ese espacio libre del baco, me fijo que Giovanni se acerca hacia mí. "¡Hola,amiga!"- no puedo negar que me sonrojé al mirarlo, despué de todo es bastante guapo. "¿Me puedo sentar a tu lado?"- sugirió con una sonrisa en los labios. Accedí a su petición. Por un momento me olvidé del espacio vacío que una vez existió.
Canción para ser escuchada: "She Has No Time" - Keane
9 de abril de 2010, 14:46
me encanta...!
11 de abril de 2010, 7:56
Ay que chulo Neno! me gusta mucho, y me encanta Keane! :D
19 de abril de 2010, 22:00
nelyan es la primera vez que leo tu blog y tengo que decirte que ME ENCANTA!!!!!