Hace varios días atrás recibí una carta de mi mejor amigo, Phillip.
Querida Amélie:
Te envío muchos saludos dede Alemania. Hace tiempo que no nos vemos. Christopher pasó un fin de emana por acá. En nuestra conversación surgió que iba a París este próximo fin de semana. Se me ocurrió reunirnos, ya sabes , como en los viejos tiempos en Café Luna. Espero verte bien.
Besos y abrazos,
Phil
Tan pronto recibí esta carta, busqué el mejor vestido en mi armario, y los tacones rojos que Charles me regaló en un cumpleaños. Sí... volveré a ver a mis amigos. El viernes por la tarde, me preparé y me fui a Café Luna. En la entrada estaban allí cuatro de los hombres más importantes de mi vida: Phil, Charles, Christopher, y Antoine.¡Tantos abrazos los de ellos! Me gustaba tenerlos de nuevo en casa allí sentados en el café, en la misma mesa de siempre, contando de nuestros sucesos recientes.
Todos se ven hechos unos hombres...¡ Como pasa el tiempo! Entre risa y risa me fijo que las manos de Charles están ásperas y fuertes, Phil con una voz profunda que dejaría a cualquier chica en las nubes. Christopher me miraba y parecía que no podía creer lo que veía, y Antoine,... Antoine sólo reía (como siempre).
De repente húbo un silencio profundo en la mesa... y Phil me dijó : Tengo que decirte algo...
-¿Qué?- respondí
-Me casaré en seis meses- me dijo. Yo me quedé fría, sin nada que decir.
- Pero... ¿Porqué tan rápido, con quién?, No me haz contado nada...- Lo admito, me quedé atónita con su comentario. ¿Cómo es posible que mi mejor amigo se vaya a casar a esta edad? Sólo tiene 20 años... para mí eso es ser muy jóven.
-Es que... es que...- ¡Contesta por favor que me desesperas!- Rebecca está enbarazada.
Lo sé, me quedé muda, congelada y con los ojos con ganas de llorar. ¡Dondé está la castidad! siempre pensé que mi amigo era un poco puro. Pero nunca me habló de esa realción, siempre me contaba cosas, y ahora va a ser papá.
Pero Phil añadió...: Quisiera que fueses la madrina de bodas y la de mi hijo.
Devuelta a mi conciencia... ¿Cómo podría decirle que no a mi mejor amigo, a apadrinar una tierna criatura, o estar junto a él en el día de su boda? Desde luego que acepté, claro, después de tomarme 5 café para asegurarme que no era un sueño.
Pero esto no se queda ahí, comenzaron a hablar de temas de esos un poco clasificados R, y descubrí muchos secretos de mis amigos, confesiones, y anécdotas. Han sido unos 3 largos años en los cuales han pasado muchas cosas en la vida de mis cuatro hombres. Han cambiado mucho. Y siempre en la pregunta clasica... Amélie.. ¿y los novios? Me quedé en blanco... sin nada que decir. Creo que salió una lágrima, pero a la distancia ví a Giovanni, sonriéndome. "Están por ahí, pero todavía no me han encontrado". Todos dirijeron la mirada en la misma dirección que la mía.
"¡Por Dios! Habrán cambiado pero, siempre les ha faltado ser disimulados".
Entre risa y risa, me llevaron a bailar. Ellos con sus monerías hacían que me salieran carcajadas. Tengo que admitirlo, puros o no, guapos o no guapos... estos son mis hombres, los quiero y los he extrañado. Las mujeres en el café me miran de reojo, sé muy bien lo que están pensando. Ando con cuatro hombres, si MIS HOMBRES, pero ellos solo son mis amigos, mis hermanos.
Qué un hombre y una mujer pueden ser mejores amigos. Que una mujer puede tener cuatro mejores amigos del género masculino. Ellos podrán sorprender con sus temas aún a la dama más agraciada. Pero sin ellos el mundo no sería igual.
Canción para ser escuchada: "En Douce"- Baguette Quartette
"Marta, Sebas, Guille y los demás"- Amaral
19 de abril de 2010, 14:04
S.C.