Si pudiesen ver lo que estoy viendo, notarían que la historia se está repitiendo. Narciso ha dejado su legado a través de los años, pero en mi opinión en esta época se le ha pasado la mano. Y en este enredo cayó más enredada que todos la pobre Penélope.
Ella es de cristal. Frágil y fuerte, 
contradicción de naturaleza. Se pasa a estas horas llorando. Me di cuenta porque hace días escuchaba su voz con sumo sentimiento lamentándose de yo no sé qué cosa. No fue hasta que un día me acerqué justamente frente a su ventana que escuché porque se desvelaba llorando.
Attis era el nombre y la razón de tanta angustia, seguido por las preguntas de porqués que tanto se cuestionaba ella. ¿Por qué los porqués de ella?.... Bueno… ¡Ah, ya me acordé! Déjenme contarles, y no se dejen llevar por las apariencias, porque el joven por más absurdo y testarudo que parezca es buen mozo. Pero entre tanta bondad y lindura tiene un gran defecto. Y ese defecto es él mismo. No su propio yo en carne y hueso, si no su reflejo en el espejo.
Me acordé de él y su nombre, porque él también llora. Llora por razones obvias. Porque nunca puede tener en sus brazos a su “amor”. Muchas noches lo ha intentado, allí en la soledad de su habitación – donde yo me escabullo por alguna rendija par a calmar mi curiosidad-. Le resulta inútil y frustrante su desdicha.
Esta historia la vengo siguiendo desde hace mucho tiempo y para mí es como si fuese una comedia. Porque ambos hacen la pareja perfecta pero aun no se dan cuenta. Les trato de dar un poquito de mi luz, pero creo que he fracasado en mi tarea. Mejor me quedo de espectadora a ver lo que sucede.
La verdad es que Penélope tiene en sus manos una difícil situación. Porque Attis solo quiere ver lo que el espejo le permita ver y eso lo hace feliz. El también la quiera ella, pero la prefiere a la distancia porque le revela lo que le agrada y lo que no. Bastante terco diría yo, porque solo le gusta la fantasía de su mundo ideal. Mientras que ella le muestra la vida con todos sus colores. Él no se imagina que Penélope daría su vida por protegerlo de cualquier peligro que por medio de ella se le pueda a él revelar.
Mucho menos se dan cuenta de que sus cuerpos reaccionan de la misma manera a la cual yo respondo a la Tierra. Una extraña e invisible fuerza me atrae hacia ella, y me deja girando en esta órbita de la cual no he podido salir en largos años.
Cancion para ser escuchada: “Gravity”-Sara Bareilles
